Acerca de mi
Tengo el convencimiento de que no hay nada más importante que comprendernos a nosotros mismos. Y cuando sufrimos y el dolor nos rompe y nos invalida es cuando más necesitamos aceptar y comprender nuestra vulnerabilidad. En esos momentos de intenso dolor están muchas de las respuestas que buscamos sobre nuestra esencia, nuestro propósito.
Cristina Nevado
Terapeuta humanista, especializada en duelo

Mi historia
Reflexión
Las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, conocido el sufrimiento, conocido la lucha, conocido la pérdida, y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que los llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa. Las personas hermosas no surgen por casualidad.
Dra. Elisabeth Kübler-Ross
Psiquiatra, pionera en tanatología y cuidados paliativos
La belleza y la sabiduría que encierra el dolor
Soy Cristina Nevado Espada, creadora y responsable de este proyecto que nace con el propósito de acompañar a las personas en momentos de oscuridad y de tristeza profunda y de estar cerca de su dolor para transitarlo y trascenderlo de una manera adecuada y sana.
He acompañado a hombres y mujeres que en algún momento de su vida experimentaron la pérdida de algo o alguien que les hacía felices, ese algo o alguien indispensable para seguir adelante. Y puedo asegurar que ser testigo de su vacío, de su cansancio e indefensión, y al mismo tiempo ver su transformación y evolución es algo que no puedo definir con otra palabra que no sea Belleza.
Como dijo Elisabeth Kübler-Ross, las personas hermosas no surgen por casualidad, evidentemente que no. El dolor y las pérdidas han expandido su conciencia y sabiduría. Saber que se puede perder todo en un instante y que el tiempo que tenemos para vivir es lo que merece ser atendido y llenado de significado.

Querer dedicarse a acompañar y a atender el dolor del otro es una elección muy meditada, para nada es algo que surge de un día para otro.
Mi decisión es fruto también de mi historia personal, de lo que la vida me ha dado y me ha quitado. Y creo que la mejor manera que tengo de acercarte a mi y a mi manera de acompañar y trabajar es explicándote un poquito como ha sido mi camino de vida.
Formación realizada
ESTUDIOS REGLADOS
Diplomatura en Ciencias Empresariales (UPF)
Grado de Psicología en la UB/UOC (en curso en la actualidad)
Máster online en Counseling e intervención en duelo, pérdidas y trauma (IPIR, acreditado como Máster propio del Institut de Formació Contínua-IL3 de la UB) (en curso en la actualidad)
FORMACIÓN NO REGLADA
Formación Gestalt en Gestalt Barcelona.
Postgrado en acompañamiento de duelo, Institut Integratiu
Mindfulness
Chamanismo-Movimiento auténtico – Constelaciones Familiares
Coach lúdico. Escuela Enrique Aguilar

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Mis herramientas
Hipersensibilidad, introspección y observación
Todo lo que me pasó y viví desde muy pequeña me ha conducido a querer dedicar mi vida a este proyecto. Nadie puede volver atrás y empezar de nuevo, pero lo que sí podemos hacer es aprender a ser conscientes del pasado y a permitirnos sentir nuestra delicadeza y fragilidad.
Fui una niña intermitentemente feliz. Nunca me adapté al colegio, me sentí fuera de lugar durante 10 años. Sentía mucho miedo, tenía una baja autoestima y me pasaba la mayor parte del tiempo mirando el mundo a través de una mirilla.
Aprendí enseguida que tanto tienes, o tanto consigues, tanto vales. Es lo que interpreté de mi entorno y lo que sentí que se premiaba.
Hubo una parte de mi infancia que fue dolorosa y me hizo sufrir mucho. El no encajar, el sentirme incomprendida y muy sola. Mi valía como persona no la tenía yo, me la daba lo que conseguía: buenas notas, portarme bien, etc.
Fui muy consciente desde pequeña de mi propio sufrimiento y del ajeno. No solo me hacía daño mi dolor, el de los demás también.
Pasar en la niñez por esa experiencia me convirtió en un ser hipersensible y agudizó en mí la capacidad de observación y la empatía con el sufrimiento ajeno y del mundo en general.
La adolescencia tampoco fue fácil, me sentí muy perdida y desconectada. Y sé que me hice mucho daño a mí misma y a mi entorno y que resurgí de mis cenizas mil veces y que siempre lo hice de una forma muy independiente y solitaria. Sin la ayuda de nadie.
Tal vez fue esa soledad y ese dolor y sufrimiento que viví siendo tan pequeña lo que me hizo aprender mucho de él. No importaba si se trataba de mi dolor o del de otro, yo lo sentía cercano.
De igual modo, muy pronto aprendí la impermanencia de las cosas, de las personas, etc. Cuanto más de cerca observaba, más comprendía que lo único seguro es el cambio, que nada permanece igual siempre, que en el apego hay sufrimiento.
Por mi historia y mi experiencia vital, desde pequeña, las pérdidas siempre me han marcado profundamente. Aceptarlas y integrar lo vivido me ha hecho evolucionar y crecer.
Ahora sé que mi hipersensibilidad es una de mis principales herramientas y guía, pero comprenderlo me llevó tiempo y dolor.
El camino de vuelta a casa
«De la inconciencia a la conciencia», un viaje que empecé entonces y que no acabará hasta que me muera.
No hay otro lugar en el mundo para mi que la terapia y la ayuda al otro. Toda mi existencia tiene sentido, mi vocación está completamente conectada con mi alma.
A los 27 años mi vida cambió. Viví un punto de inflexión a consecuencia de una ruptura sentimental. Toqué fondo, todo se tiñó de negro. Pero, gracias a esta pérdida, por primera vez pude agarrar el timón de mi vida y dirigir yo el rumbo. Es el mejor regalo que la vida me ha ofrecido.
Este punto de inflexión tiene nombre: «De la inconciencia a la conciencia», un viaje que empecé entonces y que no acabará hasta que me muera.
En ese momento, y por primera vez, pedí ayuda, empecé terapia y formaciones de autoconocimiento, es lo mejor que he hecho en mi vida. Me abrí al mundo y el mundo se abrió ante mí.
Volví a casa. Recorrí mis profundidades, mi oscuridad, mis sombras, hasta que llegué a la luz. Me reencontré conmigo misma, me reconcilié y esto me llevó a encontrar mi lugar en el mundo y mi auténtica pasión y vocación.
La conciencia, el autoconocimiento, la psicología y el duelo. Indagar y conocer más sobre la psique del ser humano. La ayuda al otro.
Desde entonces estoy en supervisión y en formación continua. He encontrado mi propósito de vida, me he reconciliado conmigo misma, con mis padres, con los demás y siento que mi lugar está en acompañar a otro ser humano en sus profundidades, a estar a su lado con sus sombras. Puedo hacerlo, he experimentado en mis propias carnes el sufrimiento, el dolor y, lo más importante, lo que yo llamo “el camino de vuelta a casa”.
Lo que sé de mí con certeza
El sufrimiento, la pena desmedida y sentirme muerta en vida me acercaron a mi verdadera vocación. Ahora todo tiene sentido y me siento realmente viva. Soy una luchadora comprometida con la conciencia y conmigo misma y siento que estoy aquí para acompañar al otro en su oscuridad, sus miedos, sus límites, su dolor y sufrimiento.
- Soy una experta en la introspección conmigo misma y en la observación. Durante toda mi infancia ellas fueron mi salvavidas y hoy siguen haciéndome sentir que estoy en casa.
- He aprendido que tengo una fortaleza y una capacidad de transformación y de trascender el dolor muy potente y que siempre me acompaña una motivación extraordinaria para pasar a la acción y conseguir mis objetivos y metas.
- La Gestalt, la carrera de Psicología, el Postgrado en duelo, el Máster en duelo, pérdidas y trauma en la UB, así como mi interés por conocer y saber más del lado espiritual me han reafirmado en mi misión como terapeuta y en saber que quiero seguir preparándome, estudiando y formándome en todas las materias y disciplinas que considero necesarias para brindar siempre un mejor apoyo y comprensión a quienes acuden a mi.
- Por eso, en paralelo y durante dos años he estado aprendiendo de una chamana. He hecho muchas constelaciones familiares, he vivido experiencias de viajes psicodélicos y simultáneamente he estado acompañada y lo estoy de mi psicoterapeuta gestalt.
- En lo más profundo de mi ser, como persona, entiendo que mi misión es vivir, querer, amar. Lo que para mi significa ejercer en lo profesional con el propósito de ayudar y dar, porque desde ahí es desde donde puedo encontrar paz y autorrealización personal y en lo que puedo ser más efectiva y útil para la sociedad.

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Te propongo una reflexión
Acompañar a las personas a transitar el dolor que supone aceptar el hecho irreversible de la muerte y desprenderse para siempre de la compañía y presencia de alguien fundamental en su vida, y facilitarles la atención y escucha que necesitan para comprender el mensaje de amor que les trae consigo la ausencia, esa es mi manera de aportar y de hacer algo valioso con mi vida y con mi tiempo aquí.
Dime, ¿qué es lo que planeas hacer con tu única salvaje y preciosa vida?
Mary Oliver
Si comprendemos y apreciamos el valor del tiempo que se nos ha dado, y empezamos a planear construir con él una vida libre y valiosa cuando nos llegue el final estaremos preparados para partir en paz.
Y ahora, dime tu
¿Aprecias el valor de la vida tanto como eres capaz? ¿Qué valor le das a tu tiempo aquí?
La muerte forma parte de la vida, es una experiencia devastadora y llena de significado. ¿Has pensado alguna vez en ello?.
Acercarnos a la muerte nos sitúa en nuestra condición humana, en nuestra temporalidad. La muerte nos invita a agradecer el regalo de la vida y a expandir la consciencia. También a aprender a vivir el aquí y el ahora, plenamente y conectados.
En mi caso, desde muy temprano supe que las personas somos frágiles y vulnerables, pero también vi como la mayoría lo rechaza. No nos educan para acoger y comprender nuestra parte más débil y sensible. Sin embargo, vivimos rodeados de dolor y sufrimiento, y lo vemos todos los días en las noticias.
¿Por qué pretender evitar que nos afecten las cosas?
Sentirse vulnerable tiene que ver con sentirse expuesto y eso asusta y paraliza. Sé de lo que hablo. Pero ¿y si viésemos que nuestra vulnerabilidad es en realidad lo que nos da la entereza para ir por la vida más livianos, para atendernos mejor a nosotros mismos?
Querer saber qué hay detrás del dolor, acercarme al sufrimiento y entender la muerte tiene mucho que ver con querer encontrar la respuesta a las grandes preguntas de la vida. Todo eso me ha acompañado siempre, desde pequeñita.
Con el tiempo se fue convirtiendo en algo más que una inquietud y hoy es, definitivamente, a lo que quiero dedicar mi tiempo.

Quiero aportar calidez a las personas que sufren, acercarme a la vulnerabilidad del ser humano y ayudar a sostenerla.

Acompañar a las personas a ser más conscientes de su condición humana, a reafirmarse en sus valores más profundos para comprenderse mejor a ellas mismas.

Quiero contribuir a educar en la muerte, porque eso también es educar en la vida y para vivir mejor.

Vivir con sentido y dignidad tiene que ver con que podamos y queramos morir igual.

La expansión de la conciencia que ofrece el proceso de duelo transforma a las personas. Y no puede haber nada más necesario ni más urgente en este mundo que acompañar en esa expansión y transformación.
Acompañamiento terapéutico del duelo

Cuando un ser querido se va
Acompañamiento terapéutico al duelo por fallecimiento.
Tras la impotencia, culpabilidad, el miedo y la tristeza que sientes se esconde un mensaje de reconciliación contigo mismo.

Después de una pérdida
Acompañamiento terapéutico al duelo por pérdida.
Las pérdidas están todo el tiempo presente en la vida de todas las personas, algunas afectan más que otras, y de todas se aprende.

En el final de la vida
Acompañamiento terapéutico al final de la vida.
Atender el sufrimiento y acoger la vulnerabilidad cuando se acerca el final de la vida.